Las Médulas de León son, sin duda, uno de los parajes más atractivos de este país. Por ello podemos encontrar diversos caminos que la recorren.
Si investigamos un poco la zona, observaremos que hay gran variedad de atractivos que debemos visitar y que aseguro que os merecerán la pena.
Las Médulas son producto de las explotaciones mineras romanas, en concreto, ésta es la más grande del Imperio romano.
Uno de sus métodos más conocidos para la recolección de este mineral era el denominado Ruina Montium, método que creó este paisaje.
Sin duda, los romanos eran los grandes ingenieros de aquella época creando una red de canales sin salida en la montaña por donde después canalizaban las aguas de los picos más altos hasta los túneles donde era introducida, comprimiendo el aire atrapado, logrando la explosión de la montaña.
Con este sistema los romanos reventarían literalmente las montañas.
Debido a estos derrumbes de tierra y a los residuos de la mina se formaron taponamientos creando el Lago de Carucedo, considerado humedal protegido.
Para comenzar nuestro recorrido aparcamos en uno de los lugares que el pueblo ha destinado para este fin y donde os aconsejo que acudáis a primera hora del día ya que la afluencia masiva del lugar nos puede dejar sin una sola plaza de aparcamiento. Para más información y ubicación, pincha aquí.
Otra anotación muy importante, sobre todo a aquellos que viajamos con perros es que nuestros peludos no solo son bienvenidos, sino que además, podremos llevarlos sueltos por diversas zonas y podremos acceder con ellos al Aula Arqueológica de las Médulas, a las Galerías de Orellán, disfrutar de las visitas guiadas o a la Casa del Parque de Las Médulas, entre otras.
Para más información sobre el acceso y servicios petfriendly, pincha aquí.
En mi caso y como soy un poco enrevesada me decido por adaptar la ruta a mis gustos y necesidades. Ya que viajo con perros y no me gustan las zonas excesivamente masificadas elijo una variable que nos llevará igualmente a los puntos reseñables.
A pocos metros de nuestro aparcamiento sale un camino algo escondido a la izquierda que nos llevará atravesando un precioso bosque de castaños hasta la Cueva Encantada.
Decir que este sendero no está marcado y atraviesa un gran desnivel pero, estoy segura que los más aventureros, agradecerán esta opción.
Muchas leyendas e historias se ciernen sobre este lugar en aquella época.
La más llamativa y realista relata como en el año 19 A.C los Romanos luchaban intensamente con los Astures por el control de estas tierras. Por un lado el Emperador Cayo Augusto con su ejército romano y, por el otro el Rey celta Médulo.
Entre batalla y batalla, el Rey escondió a su hija en una cueva con el fin de ponerla a salvo.

Durante la batalla, una fuerte tormenta se cernió sobre los ejércitos cayendo un rayo sobre el Rey celta, hiriéndolo de muerte y haciendo estallar todo su tesoro esparciendo miles de pepitas de oro por la montaña.
Tras derrotar a los Astures, Tito Carisio fue en la búsqueda de su amada, encontrándola y convenciéndola de que Romanos y Astures habían firmado la paz.
Al volver a su pueblo, Borenia se encuentra a su gente esclavizada y a su padre muerto por lo que comenzó a llorar desconsoladamente hasta que inundó su propia ciudad, formando el Lago de Carucedo.
A día de hoy aún se cuenta que la princesa celta habita en las aguas de este lago.
A pocos metros de la Cueva Encantada se encuentra la Cuevona de la que podremos disfrutar tras un breve descenso.
Después de visitar estas dos cuevas los carteles comenzarán a indicarnos gran variedad de caminos opcionales que nos llevarán a otras zonas.
Mi consejo es que continuéis caminando hacia el Mirador de Orellán, ya que es uno de los puntos más atractivos e impresionantes de la ruta.
No os voy a engañar, son 600 metros de pura cuesta arriba. Se hace dura, tira de los gemelos pero, tiene una bonita sorpresa final.

Si con las vistas de este inmenso y precioso paisaje no fuera suficiente, también encontraremos un acceso que nos llevará a esos túneles y galerías construidas por los romanos.
Las conocidas como Galerías de Orellán, están abiertas al público con visita guiada por un precio de 3€ por persona.
Como contamos anteriormente, Las Médulas fueron explotadas con una serie de canales que llegaran a sumar más de 400 kilómetros de galerías.
Una de ellas es la Galería de Orellán por el que recorreremos unos 100 metros hasta su salida, un balcón natural en la montaña.
Dejando atrás el mirador y la galería volveremos cuesta abajo sobre nuestro pasos hasta la intersección que nos llevará nuevamente hasta el pueblo de Las Médulas.
Una vez de vuelta en el pueblo podremos optar por complementar nuestra visita con una ruta más corta que nos llevará al Lago Sumido y que discurre por el canal de agua que utilizaban los romanos para lavar la tierra y separarla del oro.
Para más información y mapa de la Senda de Lago Sumido, pincha aquí.
Recordad que podéis contribuir a nuestro trabajo en la sección de contactos. Cualquier problema que pueda surgir con la ruta, ruego me la hagáis saber para rectificar los datos.
Un saludo y a rodar.
Por aquí os dejo el mapa de la Ruta a Las Médulas.


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