Tratando de digerir la historia del lugar me encuentro sin saber ni como comenzar.
Nuestra primera parada de Gipuzkoa nos sorprende con una buena dosis de belleza unida a una gran parte de la historia oscura de nuestro país.
Al Oeste de Mutriku nos encontramos la Playa de Saturrarán, una hermosa playa de arena dorada y una costa que se integra en el Geoparque de la Costa Vasca.
Al llegar nos encontramos un amplio aparcamiento con los soportes de la barra de altura pero, sin barra por lo que aparcamos sin problemas. Desde este lugar y hacia el Este comienza el camino a las Siete playas, o más bien calas, de ambiente nudista, que se distribuyen a lo largo de la costa y que solo son accesibles en marea baja y que han sido el lugar de descubrimientos de grandes fósiles que se encuentran en la colección del Centro de Interpretación Nautilus.
Recuerdo la necesidad de conocer las mareas para no quedarse atrapados por el mar contra los acantilados ya que las calas no tienen acceso por tierra.
Por otro lado, hacia e Oeste se encuentra el paseo marítimo que une esta playa con el pueblo de Ondarroa.
En la misma playa veremos también el Caserío Saturrarán Zahar, del S.XVIII y que es el único caserío marino de Gipuzkoa.
Este lugar fue nombrado en obras como la de Shanti Andia escrita por Pío Baroja y que se asegura que artista hablaba de la Playa de Saturrarán y que una parte de Luzaro pertenece las tierras de Deva.
Aquí llega el momento de contar la historia y los sucesos que ennegrecieron este hermoso lugar. En el S.XIX se construyó un balneario que desgraciadamente acabó en manos de la Guardia Civil convirtiéndose en un cuartel. En 1937 el lugar se convirtió en una cárcel para mujeres por donde pasaron más de 4.000 mujeres de toda España acusadas y apresadas por el Régimen de Franco por delitos como “no haber sabido contener a sus maridos”.
Según los datos que existen de la época, en esta cárcel murieron al menos 107 mujeres y 48 niños por malos tratos, inanición y falta de cuidados ante las enfermedades. También se hizo desaparecer a más de un centenar de niños que fueron dados a familias católicas y afines al Régimen.
Un testimonio recogido por el Juez Baltasar Garzón nos deja con la rabia a flor de piel:
“Un día cuando las madres salieron al patio con sus hijos, las monjas les dijeron que los niños tenían que quedarse dentro, que iban a pasar un reconocimiento médico. Eran un centenar de niños. Cuando las madres volvieron los niños ya no estaban. Concepción que no tenía hijos quedó impresionada por las escenas de dolor y por los gritos de las madres que reclamaban a sus hijos. Amenazaron a las madres diciéndoles que callaran si querían conservar la vida.”
En 1944 se cerró la cárcel y la Iglesia la utilizó como seminario hasta 1987 cuando el Ayuntamiento de Mutriku compró los terrenos y derribó los edificios. A día de hoy no queda vestigio alguno de aquellos tiempos, en su lugar podremos ver una escultura de Nestor Bazterretxea en homenaje a todas esas mujeres encarceladas.
Las formaciones rocosas de este arenal también han creado leyendas con las que sonreír aunque sea por un momento tras esta historia. Pues cuenta la leyenda que dos amantes Satur y Aran. Satur, era marinero y salía todos los días a la mar mientras Aran esperaba su vuelta. Un día el barco de Satur no volvió y Aran desesperada le pidió, desesperadamente al mar que se la llevara a ella también.
Tras un gran estruendo, Arán desaparición y en su lugar aparecieron las dos grandes rocas de la Playa de Saturrarán.
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Por aquí os dejo el mapa y la ubicación de la Playa de Saturrarán.

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