A más de 600 metros de altura y a escasos kilómetros de la ciudad de Lugo se encuentra Penas de Rodas. En este lugar se encuentran la belleza de un paisaje, leyendas de amplios desenlaces y un área recreativa dotada de bancos de piedra, barbacoas, zona cubierta y todo esto bajo la sombra de un precioso pinar.
Este lugar recibe su nombre y su fama por dos inmensas y redondeadas rocas de granito que se sostienen, casi por arte de magia, sobre una pequeña base de piedra más pequeña. Por momentos parece que con un empujoncito, caerán rodando colina abajo.
Sin duda alguna Penas de Rodas es un lugar que no se debe olvidar visitar, un lugar donde las leyendas viven y perduran en el tiempo…
Algunas investigaciones apuntan a que Penas de Rodas podría ser producto de la mano del hombre. Las rocas están orientadas hacia la puesta de sol en el solsticio de verano y a la salida del son en el solsticio de invierno. Por esto mismo se cree que tanto las enormes piedras como sus alrededores igualmente empedrados podrían ser los restos de un observatorio astronómico y lugar de culto. Que serviría entre otras cosas como calendario para los agricultores.
Existen diversas leyendas sobre las dos grandes rocas de granito.
Una de ellas habla de que estos peñascos son obra de algún trasno, un ser de la mitología gallega afamado por travieso y burlón, que pondría las piedras para reírse de todo aquel que intentara moverlas.
Otra de las leyendas cuenta que en el interior de una de las rocas estaría llena de oro y la otra llena de alquitrán. La trampa reside en la elección correcta ya que si al romper la roca hubiese alquitrán, ésta inundaría la comarca llevándose consigo a aquel que la rompió.
Penas de Rodas es un lugar tan especial que incluso fue lugar de inspiración para el poeta Manuél María, que escribiría este poema:
En Gaioso, ollando a Chá
Hai duas penedas ergueitas.
¡Semellan non ser verdá
redondeces tan ben feitas!
As Penas de Rodas son
dous ollos alucinados
Que espían con atención
Ós eidos máis alonxados.
Si ambas penas se desfán
arde, co mundo, un tesouro:
¡unha pena é de alquitrán,
a outra unha trabe de ouro!
Non sodes, non, cantería,
ouh penas de encantamento.
¡Temo que calquera día
vos poida levar o vento.
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Un saludo y a rodar.
Por aquí os dejo el mapa y la ubicación de Penas de Rodas.

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