Quien pudiera ver con sus ojos el mundo, eso es lo que se me viene ala mente cuando pienso en mis pequeños y peludos perros. He aprendido a vivir con las limitaciones a las que te someten cuando tienes un perro, pero aún así no lo cambiaría por nada del mundo.

Os presento a mis fieles compañeros de viaje, no ayudan mucho en las tareas pero entretienen un montón.