Entramos en Terras de Soneira por Camariñas y en pleno corazón da Costa da Morte se encuentra el pueblo pesquero de Camelle.

Una de las costas con más naufragios a nivel mundial, esperad a escuchar sus leyendas..

El pueblo de Camelle tiene mucho mas que un puerto, que un océano, que unas calles encantadas….

Este pueblo tiene una historia de verdadero amor y corazón.

En la década de los 60, entre muchos de los viajeros que pasearon por estas costas, llegó un Alemán, llamado Manfred Gnädinger, un hombre que encontró en este lugar el espacio perfecto para vivir y crear sus obras de arte entre soledad y pasión por un océano.

Se cuenta que cuando “Man el alemán”, como terminó siendo apodado, llegó a Camelle, impresionaba la elegancia de su buen vestir, los vecinos de la zona, ayudaron a su instalación proporcionándole una casa.

Con el paso del tiempo Man conoció a una profesora de la que se enamoró y por la que fue rechazado.

Dicen, que a partir de ese suceso, “Man”, se fue a vivir a una chabola al lado del Mar donde dedicó el resto de su vida a crear sus obras de arte en el jardín de “el mundo”.

Camelle Puerto Arou Manfred

Con el tiempo, se despojó de absolutamente todo lo que no necesitaba y abandonó el mundo para encontrarse con el planeta. Terminó por vivir sin cortarse el pelo ni la barba y con un taparrabos mientras creaba sus obras al aire libre, utilizando piedras, plásticos, trozos de madera y hasta esqueletos de animales, y pintando en las rocas.

En los ochenta libró una cruzada, utilizando su cuerpo como escudo humano y como única arma, ante las máquinas que pretendían construir un muro de hormigón que ampliase el puerto de Camelle y que sesgaría su costa.

Logró salvar su costa y cambiar el proyecto del nuevo puerto que amenazaba con destruir aquella costa y lo hizo solo con su cuerpo ante las máquinas y enviando argumentarios poéticos a los políticos.

Cuando se llevó a cabo la obra del puerto readaptada, se tendió sobre el cemento fresco para que su figura quedase plasmada como un fósil.

A cada visitante de su museo le pedía que realizara un dibujo en una de sus libretitas, era una forma de relacionarse con los demás ya que para Man en “cada papel está el alma de cada uno y mi objetivo es hacer un gran rascacielos con todas ellas “.

Pero en 2002, el naufragio del Prestige tiznó de negro sus obras, sus hijos, como él los llamaba, y Man no superó este desastre.

Murió el día 28 de diciembre de ese mismo año.

Parte de sus obras y pertenencias a día de hoy están expuestas en el “Museo Man o alemán”. Su jardín particular, su casa mantiene algunas de sus obras a pesar de que en 2010 una de las tormentas que azotaron las costas se llevara gran parte de su obra.

Dentro del Museo de Man, también encontramos una exposición de obras hechas con materiales reciclados de estas costas. A modo denuncia social observamos los miles de palitos de chupachups o botellas y bollas que son abandonadas a la deriva contaminando el mundo marino y planeta.

Me deja impactada a la vez que a imaginación desborda.

Después de visitar el Museo y la casa del alemán nos damos una mini vuelta por el pueblo y nos vamos hacia el minúsculo puerto de Arou para hacer noche, revisando el mapa se observa una pequeña explanada al lado del puerto y de una pequeña playita llena de barquitas de colorines… a mi, que estas cosas me enamoran.

Por aquí os dejo su ubicación, sin duda un lugar con gran encanto o es que ya vengo enamorada con las historias de Man….jejejej

Creo que el lugar es toda una mezcla de sensaciones.

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