Entramos en la Sierra de los Ancares y antes de llegar a uno de los mejores destinos que jamás he encontrado hacemos tres pequeñas y curiosas paradas.
La primera es en la que para mi es la Puerta a los Ancares, Navia de Suarna, un pueblo medieval que mantiene su autenticidad, ubicada entre valles y montañas, Navia es atravesada por el cauce del Río que lleva el mismo nombre que la ciudad y alimentado por miles de riachuelos del deshielo de las montañas
Esta zona está plagada de Castros que dejan entrever la vida que se lleva desarrollando aquí desde tiempos muy pasados, hasta crearse Navia de Suarna. Saliendo de Navia podemos encontrar uno de los castros más grandes e impresionantes de la zona, el Castro de Santa María, ubicado en Cervantes.
El Castro se alza sobre el valle de Quindós, en un promontorio que comparte con una iglesia relativamente actual, de hecho el yacimiento fue descubierto en la construcción de dicha Iglesia que alteró parte del conjunto y se tubo que contratar a “TerraArqueros” para la restauración de los restos…
En este país a la Iglesia se le permite cualquier cosa, hasta la destrucción de nuestro patrimonio por imposición del suyo, estoy un tanto indignada.
Estudios datan estas construcciones en la edad de Hierro y se considera que pudo ser un poblado minero que utilizaba las fuerzas del Río Quindós para la búsqueda de Oro. Siguiendo camino y alzado entre los valles se encuentra el Castillo de Doiras, si bien no se sabe con exactitud a que época pertenece, se cree que pertenece al siglo XV.
Lo mejor de este castillo sin duda es su leyenda. Las tierras de Ancares tienen miles de leyendas, pero esta es como un cuento algo “gore”.
Se cuenta que en el Castillo vivía el Noble Froiaz con su hijo Egas y su hija Aldara.
Como en todos los cuentos, la hija se enamora, pero en este cuento, el amor es correspondido y las familias a favor.
La desgracia ocurre unos días antes de la boda, cuando Aldara desapareció. Después de días y meses buscándola, aceptaron su pérdida, imaginando que la pobre pudo ser fruto del ataque de algún animal salvaje.
Un día, su hermano Egas en un día de caza, logró ver y matar de un único disparo a una cierva blanca. Como muestra de su hazaña, Egas le corta la pata al ciervo y la lleva a casa para enseñársela a su padre.
Al llegar, y abrir la bolsa donde llevaba su trofeo, en vez de una pata de un ciervo , estaba una mano blanca, sedosa, suave y fina con un anillo en uno de sus dedos. Al ver aquel anillo, enseguida supieron de quién se trataba, era el anillo de boda de su hija.
Corrieron hacia la cima donde Egas había dado caza a la cierva, pero al llegar, en vez de encontrar en cuerpo de la cierva, encontraron el cuerpo de Aldara a quien le faltaba una mano.
Se cuenta que un moro, enamorado y despechado por Aldara debió encantarla en la figura de una cierva, rompiéndose el encantamiento con su muerte… He pasado tantas horas y me he perdido en esta historia tantas veces que el lugar me parece un auténtico cuento
Enamorada de ella hasta la médula.
Después de contaros los alrededores mágicos, toca explicar ese rincón tan especial que encontré en Campa da Braña para pasar una de las mejores noches de mi vida. Hace muchos años, cuando era más novata en esto (cosa que aún sigo siendo), decidí ir a dormir a Ancares para subir el Pico Tres Bispos peeero, no pensé que fuera tan complicado encontrar una superficie plana jajajajaja
Tenemos varias opciones, o dormir a pié de carretera que aunque no pasen muchos coches, siempre resulta desagradable; dormir en frente del Albergue de Ancares, que me parece echarle mucha cara, o…. dormir en una montaña para ti sola, despertándote sobre uno de los valles más bonitos que jamás hayas visto.
¿ A que lo vendo bien?
Pues sumad a esto, amanecer con una nevada sobre el valle. Os aseguro que os enamoraréis del lugar.
El aparcamiento que os propongo se encuentra en Campa da Braña escondido detrás de un depósito de agua para incendios. Como mucho entran 2 furgos, pero para ser sincera dudo que encontréis a más gente.
Lo que enamora de este lugar son las nubes surcando las montañas, o como me sucedió a mi, despertarse con la nieve cayendo en el valle dejando una imagen de postal.
Desde aquí, bien nos podemos acercar hasta el Albergue o caminar hacia el, para iniciar una de las rutas de montaña más bonitas que jamás he hecho. El ascenso al Pico Tres Bispos. Para más información y mapa de la ruta, pincha aquí.
No os olvidéis que podéis contribuir a nuestro trabajo en la sección de contactos y cualquier problema que pueda surgir con la pernocta, ruego me la hagáis saber para rectificar los datos. Un saludo y a rodar.
Por lo demás, como siempre punto al mapa y a descarga directa, disfrutar del aparcamiento en Campa da Braña.

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